Aviaciondigital, Sp.- La ofensiva militar a gran escala que está llevando a cabo Rusia sobre Ucrania, y que ha provocado la aplicación de importantes sanciones por parte de estadounidenses y europeos, está perjudicando seriamente a la economía mundial, que se enfrenta a aumentos masivos de precios relacionados con la hiperinflación y las turbulencias en los mercados energéticos.
Desde esta perspectiva de endurecimiento de las sanciones contra Rusia, y dada a la interrupción del suministro de materias primas exportadas por las empresas del país, los fabricantes de motores de las grandes, Boeing y Airbus, trabajan en la búsqueda de nuevas fuentes de titanio que no provengan de Rusia.
Rusia, que es una fuente predominante de gas natural y petróleo sobre todo para Europa, lo es también de titanio, a través de la empresa VSMPO-Avisma y principal suministradora rusa de este metal a Boeing y Airbus. Los datos del USGS muestran que Rusia produjo un total de 27.000 toneladas de esponja de titanio (forma porosa que se crea durante la primera etapa del procesamiento) y Ucrania, 5.400 toneladas el año pasado, representando alrededor de 15% del total mundial.
El titanio es un elemento clave en la producción de la nueva generación de aeronaves, dado que gracias a su escaso peso contribuye a que disminuyan los costes de combustible, convirtiendo a aquellas en modelos más eficientes que contribuyen a la sostenibilidad del sector aéreo. Este metal se usa ampliamente para la fabricación de motores y otras partes críticas de las aeronaves, debido a su ligereza, durabilidad y resistencia a la corrosión.
los fabricantes de motores de las grandes, Boeing y Airbus, trabajan en la búsqueda de nuevas fuentes de titanio que no provengan de Rusia.
En el caso del fabricante europeo Airbus, para construir un A-320 necesita contar con 14 toneladas de titanio, mientras para un Boeing 787 se necesitan alrededor de 100 toneladas por avión. Algunas grandes empresas, como la Rolls-Royce Holdings, cuentan con un 20% de su titanio proveniente de Rusia, y dada la situación que se plantea con la actual crisis, se han visto abocadas a la diversificación de sus fuentes y búsqueda de nuevos proveedores en otros países.
La consecuencia de las sanciones a Rusia, que a pesar de los esfuerzos diplomáticos realizados, no pudieron evitar la invasión a Ucrania, se traducen en interrupciones en el suministro crítico de materias primas, que podrían dar lugar a una escasez y agravar aún más los problemas existentes en las cadenas de producción para los dos principales fabricantes de aviones.
Por el momento, Boeing mantiene un acuerdo con VSMPO desde el pasado mes de noviembre, y Airbus sostiene que sigue consiguiendo titanio de los principales proveedores rusos, a través de un programa que tiene en cuenta el riesgo geopolítico, lo que podría suponer una protección a corto y medio plazo.
No obstante, a la creciente preocupación sobre el futuro del suministro de titanio y otros metales en los próximos meses, se suman las dificultades existentes en la obtención de materias primas y los mercados laborales, y que afectan también al sector aeroespacial y de la automoción, a los que la posibilidad de un bloqueo, supondría una «gravísima amenaza».
La escasez de piezas de titanio retrasará sin duda la cadena de producción de motores, como en el caso de Pratt & Whitney y Raytheon, siendo Airbus el mayor damnificado, en una situación «muy difícil de manejar» para los proveedores .
Los grandes fabricantes de aeronaves no tienen más alternativa que buscar proveedores estratégicos, que salvaguarden la tecnología y los suministros para la fabricación futura de aviones comerciales y militares.