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abril, sábado 20, 2024

El segundo asalto a la Luna comienza en 2022

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Atalayar / Juan Pons. El satélite natural de la Tierra toma el relevo de Marte y acapara las inversiones de Estados Unidos y otros países con intereses ultraterrestres. El pistoletazo de salida para que Estados Unidos vuelva a poner los pies en la Luna ha coincidido con el final de las 12 campanadas de la Nochevieja. Con ellas, la NASA cierra 2021, aleja su foco principal de Marte y abre un quinquenio en el que el satélite natural de la Tierra se convierte por segunda vez en su gran objetivo.

A partir de ahora, el Planeta Rojo pasa a un segundo plano y la Luna toma el protagonismo ultraterrestre. El presidente Joe Biden y el administrador de la NASA, Bill Nelson, quieren que los contribuyentes norteamericanos revivan la gloria alcanzada en los años 60 y 70 y vean a hombres y mujeres de diferentes sexos y razas volar hacia Selene y caminar sobre su polvorienta superficie. Europa, Japón y otras naciones están invitadas a participar en el gran proyecto bautizado Artemis.  

La NASA tiene programada para esta primavera la misión Artemis I, el disparo inaugural de su nuevo mastodonte del espacio, conocido como Sistema de Lanzamiento Espacial o SLS. Será un vuelo de prueba sin tripulantes, en el que un gigantesco cohete de más de 100 metros de altura rebasará la atmósfera terrestre para colocar alrededor de la Luna una cápsula euroamericana Orión sin nadie a bordo.

El SLS es de dimensiones semejantes, pero mucho más potente que el gigantesco Saturno V, el cohete encargado de trasladar a la Luna a los astronautas norteamericanos de las misiones Apolo. Conviene recordar que desde que los tres pasajeros del Apolo 17 abandonaron Selene el 14 de diciembre de 1972, ningún otro ser humano ha pisado nuestro satélite natural. Y de eso hace ya la friolera de medio siglo.

En su función de transporte a la Luna, el SLS cuenta con un alter ego. Se llama Starship, un vector reutilizable de la compañía SpaceX del magnate Elon Musk. El próximo mes de marzo tiene que demostrar sus capacidades de vuelo orbital, aunque ya ha sido elegido para depositar sobre la Luna a los primeros norteamericanos. La NASA quiere que uno y otro lanzador sirvan también para tomar el camino de Marte, en el que nuestro satélite es una base de partida que hay que consolidar y de la que forma parte el futuro complejo cislunar Gateway.

SourceAtalayar
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