AVIACION CIVIL Y AENA fueron preguntadas sobre el Informe a instancias de Blanco
Un exalto cargo del Ministerio de Fomento aseguró ayer en el Tribunal Supremo que a principios de 2011 llamó al vicepresidente de Azkar, José Antonio Orozco, porque el ministro, José Blanco, le dijo que «se interesase» por un «problema» que había surgido con la empresa de transportes de su íntimo amigo (Orozco) y unos terrenos del aeropuerto de Barcelona. (Nieves Colli/ABC)
Isaías Taboas, en aquellas fechas secretario de Estado de Transportes, se puso en contacto con Orozco y, cuando éste le explicó lo que ocurría, le indicó que hablara con el alcalde de Sant Boi de Llobregat. Taboas, que prestó declaración como testigo y que, por lo tanto, está obligado a decir la verdad, aseguró que no hizo ninguna gestión para favorecer al empresario ni volvió a interesarse por ese asunto.
Su comparecencia -fijada inicialmente para las diez y media de la mañana y que se retrasó hasta el mediodía- apenas duró una hora. Durante ese tiempo, Taboas explicó que no conocía personalmente a José Blanco cuando éste, «por motivos que nunca le desveló», propuso su nombramiento al Consejo de Ministros. Fue secretario de Estado de Transportes desde noviembre de 2010 hasta diciembre de 2011.
A preguntas del fiscal, Taboas explicó que Blanco -al que el Supremo investiga por presuntos delitos de cohecho y tráfico de influencias- «le pidió varias veces que mirara asuntos en los que estaban implicadas empresas». Por ejemplo, precisó, «cuando había concursos o expedientes de gestiones el ministro preguntaba cómo está eso, cómo está lo otro».
«Una empresa importante»
Sobre su concreto contacto con Orozco (también imputado en la causa), indicó que le llamó para enterarse de cuál era el problema que Azkar tenía en Barcelona. Se trataba de una empresa «importante en el transporte y logística» y no le había quedado claro tras su conversación con el ministro. Por eso llama a Orozco, «para que se lo explique», declaró el testigo.
Orozco le comentó que había surgido un problema con la «compartimentación de unas naves», con «la división interna de las naves», por lo que Taboas creyó que él, como secretario de Estado de Transportes, «no tenía nada que ver y le dijo que hablara con el ayuntamiento» de Sant Boi. En ningún momento, aseguró ayer el testigo, Orozco le pidió «que hiciera gestiones en el Ayuntamiento para conseguir las licencias», por lo que, «sin darle más importancia en ese momento, se ofreció a ponerle en contacto con el alcalde».
Siempre a preguntas del fiscal, el exalto cargo dijo que sabía que el regidor de esa localidad era Jaume Bosch, del PSC. Aunque no le conocía personalmente, le llamó y «supone que le diría que esa empresa quería hablar con él y que si podía recibirles para que le explicaran el problema». «No le hizo ninguna mención al alcalde sobre la licencia administrativa porque -aseguró el testigo- sabe que los trámites son los que son y nadie se los puede saltar».
A preguntas de la defensa de Blanco, Taboas explicó que por su trabajo ha tenido «muchas reuniones y contactos con compañías aéreas, privadas, a excepción de Spanair, y que todas le han transmitido problemas». «Intervienes y tratas de resolver problemas», apuntó el testigo.
El informe, en quince días
El magistrado José Ramón Soriano tomó también declaración como testigo a Javier Hurtado, ex jefe de gabinete de Blanco. A petición del entonces ministro, preguntó a la Dirección General de Aviación Civil «si existía algún problema en Sant Boi con una autorización» para Azkar. El permiso dependía de un informe de Aena que, según le contestaron, «tardaría unos quince días en estar resuelto». Hurtado, hombre de confianza de Blanco, indicó que esa fue la única gestión que hizo sobre Azkar a petición del ministro.
