Aviación Digital, Sp. – Michael Whitaker, cabeza de la Administración Federal de Aviación, ha comparecido en el Senado estadounidense para dar cuenta del seguimiento que están haciendo a Boeing por sus problemas de seguridad. La FAA exige al fabricante norteamericano que se mantenga en la cultura de la seguridad con los programas de denuncias de mala praxis por parte de los empleados. Whitaker fue tajante: «estoy dispuesto a utilizar toda mi autoridad para garantizar la asunción de responsabilidades, ya sea por parte de un fabricante, una compañía aérea o las propias operaciones de la FAA».
Programa de denuncias sobre seguridad
La FAA insiste mucho en la importancia de los programas de denuncias instaurados en Boieng para que los empleados puedan reportar cuando la actividad no se realiza según demandan los estándares de seguridad. Whitaker añade que no solo es crucial que exista esa posibilidad sino que también puedan denunciar sin miedo a ser represaliados. Asegura que la FAA investigará todas las denuncias que lleguen a fondo. «Boeing debe mantener sus propios programas sólidos de informes de seguridad y promover una cultura de informes segura y proactiva dentro de sus organizaciones. La FAA continuará monitoreando de cerca la implementación por parte de Boeing del Programa de Acción de Seguridad Aérea (ASAP) y la madurez de su programa Speak-up como parte de nuestra supervisión», afirma Whitaker.
Otras herramientas para garantizar la seguridad
El sistema de fabricación y producción de Boeing es complejo y multifacético y abarca múltiples instalaciones y miles de proveedores. Por ello, la FAA exige a Boeing «contar con un sistema de seguridad sólido que comprenda múltiples capas que puedan detectar y mitigar los riesgos identificados. La FAA responsabilizará a Boeing por tener un sistema eficaz con procedimientos que garanticen la producción y entrega de aviones seguros», asegura el administrador principal de la FAA.
La FAA también ha puesto en valor el frenazo al que se sometió a la producción de Boeing para que los modelos que habían experimentado problemas como el 787 fueran inspeccionados a fondo. Así, no solo se centran en que los aviones futuros sean seguros sino también los que ya están operando. La supervisión de la producción sigue en vigor.
Dictamen de la FAA
Como resultado de los problemas de calidad de la producción, la FAA afirma que Boeing debe realizar cambios significativos para transformar su sistema y garantizar que existan los niveles adecuados de seguridad. «Me reuní con su nuevo director ejecutivo, Kelly Ortberg, el mes pasado y le recalqué nuestras expectativas de que estos cambios deben mantenerse en el largo plazo», afirma Whitaker.
La FAA ha agregado más inspectores de seguridad en las instalaciones de Boeing y Spirit AeroSystems en los puntos clave de la producción. Ha puesto en marcha unas medidas de vigilancia que consisten en un mayor compromiso con los empleados para escucharles directamente y evaluar así la efectividad de los cambios descritos en el plan de Boeing.