Aviaciondigital, Sp.-Las mordaces declaraciones del director ejecutivo de Ryanair, Michael O’Leary, sobre Boeing, a raíz de los retrasos en la entrega y el disgusto por los precios del B-737, han llevado a la Low Cost irlandesa a asegurar que está dispuesta a buscar en el mercado de aviones de segunda mano alternativas para evitar pagar los desorbitados precios que le pide el fabricante americano.
Ryanair, uno de los principales clientes de Boeing y al cual quiere seguir siendo fiel, advierte que el fabricante estadounidense necesita reorganizarse para dejar de correr como “pollo sin cabeza”. Ryanair necesita más aviones B-737, pero está convencido que de igual modo que otros de sus clientes, como Emirates, “Boeing tiene que mejorar mucho lo que nos ha estado entregado en estos últimos doce meses”
¿Será este el comienzo del final entre Ryanair y Boeing?… es difícil de creer.
Por otro lado, y después de tres largos años desde que se iniciase el acuerdo, IAG ha cerrado con Boeing la adquisición de 25 B-737-8200 y 25 B-737-10, además de 100 opciones, sobre cualquier miembro de la familia B-737 MAX: unos 120 millones de dólares por cada B-737-8200 y 130 millones por cada B-737-10, a precio de catálogo, un total de 19.000 millones de dólares, a los que IAG ha negociado, además, un descuento sustancial sobre el precio de lista.
Mientras, Ryanair asegura que no comprará más 737 al precio actual, IAG espera recibir todos estos aviones entre 2023 y 2027, previéndose que una parte de ellos estén destinados a sus Low Cost. Sin duda es esta una excelente noticia para IAG, ya que parece que los precios a los que ha adquirido estos aviones, son más ventajosos en comparación a los que Boeing pide a Ryanair, pero todo tiene su punto de vista: algunos podrán pensar que al ser algunos de estos aviones, MAX, (lo que se puede traducir como objeto de escándalos y problemas), cuya compra acordada tres años atrás, supone una inyección de confianza por parte de IAG al fabricante americano. Otros se preguntarán a que precios está acostumbrada a comprar la Low cost Ryanair, a la cual, por mucho que se indigne, no le pega absolutamente nada tener una flota de Airbus, pues de toda la vida, Ryanair es de Boeing, y seguramente, después de este bache, llegue la reconciliación.
Ciertamente O’Leary tiene razón al decir que Boeing había acordado entregar varios aviones 737 Max para esta primavera, pero que con el retraso, se han frustrado parte de las aspiraciones de la aerolínea irlandesa de bajo coste. Asumir que O’Leary tiene razón y sobre todo cuando «despotrica» sobre Boeing, cuesta tiempo y ayuda. Pero quizás ha llegado el momento de que Boeing empiece a tomar conciencia de la realidad y que gestione mejor sus tiempos pues además de mejorar los resultados, le vendría muy bien de cara a sus próximas ventas.
Es momento de estar en la «cresta«, pero de la ola.