Unión Europea, SP.- La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto sin precedentes en el transporte internacional, incluyendo el aéreo. Un inmenso número de vuelos han sido cancelados. Los transportistas aéreos ya no generan negocio de pasajeros, pero siguen incurriendo en altos costos de funcionamiento.
Debido a ello, el Reglamento CE (Nº 261/2004 y su obligación de reembolsar en efectivo los billetes cancelados, si el pasajero así lo decide, coloca a las compañías aéreas en una situación difícil en la que se enfrentan a un grave problema de liquidez.
Cuando se concibió la redacción del reglamento, no se podía prever la actual crisis mundial y sus repercusiones en los viajes aéreos. El objetivo que comparten la Unión Europea y sus Estados miembros debe ser ahora preservar la estructura del mercado europeo de tráfico aéreo más allá de la crisis actual, teniendo en cuenta al mismo tiempo los intereses y la necesaria protección de los pasajeros.
Varios países miembros de la Unión Europea, Francia, Holanda, Bélgica, Lituania, Portugal, Chipre, Malta, Grecia, República Checa y Polonia hacen un llamamiento a la Comisión Europea para que proponga, con carácter de urgencia, un programa temporal para la modificación del Reglamento 261/2004, posiblemente precedida de otras iniciativas como las nuevas directrices interpretativas, que permiten a las compañías aéreas elegir los medios por los que se reembolsa a los pasajeros.
«España defiende una solución que ayude a aliviar la situación de liquidez de las compañías aéreas, pero sin menoscabar los derechos de los pasajero. Hay que permitir temporalmente a las compañías aéreas ofrecer a los pasajeros vouchers en lugar de reembolsos, emitidos en unas condiciones uniformes en toda la UE«, ha dicho el Ministro de Transporte de España, Ábalos.
Esto tiene que hacerse de manera similar en toda la Unión Europea con arreglo a un conjunto de criterios comunes. Esa norma provisional sería una solución para las actuales limitaciones de la corriente de efectivo de las líneas aéreas, preservando al mismo tiempo la competitividad de la aviación europea y manteniendo criterios armonizados de aplicación a escala europea, a fin de permitir un nivel común y adecuado de protección del consumidor;
Exhortar a todos los interesados, incluido el sector de la aviación y las organizaciones de consumidores, a que aúnen sus esfuerzos para alcanzar una solución constructiva y común para el mercado de la aviación europea de manera oportuna. Esa solución no sólo protegerá a las líneas aéreas y a los consumidores en estos tiempos difíciles, sino que también estimulará la recuperación del mercado mediante la flexibilidad de los viajes y el aumento de la confianza de los consumidores a largo plazo.
Creemos que la regulación de la emisión temporal de «vouchers» es posible y aceptable para los consumidores, si se tienen en cuenta algunos principios clave: información transparente al pasajero, no discriminación, un período común de validez de los vouchers, máxima flexibilidad de uso y un claro derecho de reembolso inmediatamente al final de la validez en caso de no utilización de los vouchers.
Además, dado que se ofrecen a los consumidores vouchers con una validez a largo plazo, es fundamental examinar las formas de proteger a los propietarios de los vouchers contra el riesgo de quiebra de las compañías aéreas que los emitieron. Estamos dispuestos a estudiar esta cuestión a nivel europeo y pedimos a la Comisión que tenga en cuenta este aspecto. Sin embargo, el trabajo correspondiente no debería bloquear la acción sobre la demanda de las compañías aéreas, que es cada vez más urgente.