Alba Sanz/Aviación Digital, Sp.- A medida que el conflicto ruso-ucraniano continúa desarrollándose, sin atisbar por el momento ningún acuerdo de paz, la industria de Defensa prosigue impulsando distintos avances tecnológicos en pro de satisfacer las demandas de los países pertenecientes a la OTAN.
Es el caso de la aviación militar, en concreto de los cazas de combate F/A-18 Super Hornet. Tal y como ha anunciado Boeing, la compañía espera poder completar la producción de nuevos F-18 para finales del 2025, tras la entrega de los últimos cazas de la Marina estadounidense. Aunque indican que la producción podría ampliarse «hasta 2027 si el Super Hornet es seleccionado por un cliente internacional».
En este sentido, el vicepresidente de Boeing Air Dominance y responsable de la planta de San Luis, Steve Nordlund, afirmó que la compañía está «planificando nuestro futuro y la construcción de aviones de combate está en nuestro ADN» por lo que «a medida que invertimos y desarrollamos la próxima era de capacidad, estamos aplicando la misma innovación y experiencia que hicieron del F/A-18 un caballo de batalla para la Armada de EE.UU. y las fuerzas aéreas de todo el mundo durante casi 40 años».
Por esta razón y, de acuerdo con Nordlund, Boeing tiene previsto seguir contratando personal durante los próximos cinco años en su planta de San Luis. De hecho, durante el año 2022, se contrataron a más de 900 personas.
Según anuncian desde la compañía, la empresa planea construir tres nuevas instalaciones de última generación en St. Louis. Estas instalaciones, así como el nuevo Centro de Fabricación de Composites Avanzados de Arizona y la nueva planta de producción del MQ-25 en el aeropuerto MidAmerica de San Luis, representarían una inversión de más de 1.000 millones de dólares.
Asimismo, la planta aumentará la producción del primer sistema de entrenamiento totalmente digital del mundo, el T-7A Red Hawk, y del primer avión de reabastecimiento autónomo desplegado en portaaviones, el MQ-25 Stingray, junto con la producción en curso de los nuevos F-15EX Eagle II y los componentes del ala del 777X.
Anuncian, además que seguirán «desarrollando capacidades avanzadas y actualizaciones para la flota mundial de F/A-18 Super Hornet y EA-18G Growler. A lo largo de la próxima década, todos los Super Hornet Block II en fase de modificación de vida útil recibirán el conjunto de capacidades Block III».
Desde la presentación del F-18, en 1983, Boeing ha entregado más de 2.000 Hornets, Super Hornets y EA-18G Growlers a nivel internacional, entre los que se incluyen la Marina de los EE.UU., Australia, Canadá, Finlandia, Kuwait, Malasia, España y Suiza.