Florencia Amat / Aviación Digital, Sp. – El consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, Carlos Novillo, ha anunciado recientemente que se instalarán medios de vigilancia permanentes para prevenir y controlar los incendios de la Comunidad de Madrid y así intentar aliviar la carga de los bomberos forestales y demás profesionales del sector.
«Dentro del Plan de Defensa contra Incendios Forestales que vamos a poner en marcha queremos implantar un sistema de videovigilancia en todo el territorio que nos va a permitir detectar de manera inmediata los incendios forestales, las 24 horas del día de los 365 días del año«, explicó Novillo. «Esto va a reforzar la importante labor que hacen nuestros vigilantes durante seis meses al año y en horario diurno a todos los meses y todas las horas del año para con ello mejorar, por un lado, la detección inmediata y el geoposicionamiento de esos inicios de incendio; y también la investigación por parte de nuestros agentes forestales de las causas que han producido dicho incendio».
Estas cámaras térmicas y ópticas no se implementarán hasta 2025, pero su funcionamiento e instalación se llevará a cabo a lo largo de toda la legislatura. Un poco antes, a partir de 2024, se llevará a cabo una evaluación del terreno con el propósito de instalar dichas cámaras, mediante las cuales se podrá enviar alertas al número de emergencia 112.
¿Ayuda a los trabajadores o sustitución?
La gente ya se ha hecho eco de esta nueva noticia, y parece que hay sectores que no parecen muy contentos con la decisión del Gobierno de la Comunidad. De hecho, hace unos 14 años, ya se invirtió una suma considerable (unos 3 millones de euros) en unas cámaras que todavía siguen instaladas, pero que no parecen haber constituido un avance significativo en sus tareas.
Otras cámaras instaladas en Andalucía tampoco tuvieron suerte: ya no quedan cámaras operativas del famoso «Sistema Bosque» que dejó de prestar servicio allá por 2012.
Mientras tanto, los agentes medioambientales y las brigadas forestales no ven mejoradas sus condiciones laborales. Otro ejemplo: el sindicato CSIF, textualmente, «acusó a la junta de Castilla y León de «despilfarrar» 350.000 euros en 52 cámaras de vigilancia contra incendios», las cuales «son «inservibles» y se teme el desmantelamiento de las torres de vigilancia».
Las cámaras son muy útiles para la detección y prevención de grandes incendios forestales si se acompañan de un buen fondo para el personal, equiparando la inversión en tecnología a la del capital humano. Así, los incendios podrían atajarse antes y los bomberos (tanto de tierra como de aire) tendrían una gran ayuda en su día a día, incluso eliminando riesgos.