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marzo, martes 19, 2024

¿Qué es el helimulching y por qué podría ser clave para la recuperación forestal tras un incendio?

Esta técnica ayuda a proteger el suelo de la erosión y evita que las cenizas desemboquen en otros parajes naturales como ríos o campos

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Alba Sanz/Aviación Digital, Sp.- A dos meses de que comience la época de «peligro alto» por incendios forestales, España ya ha vivido cinco incendios en Castellón, Teruel, Asturias y Cantabria. El último se ha registrado en la comarca natural de Las Hurdes, donde ya han obligado a evacuar a tres municipios por el descontrol de las llamas.

Ante la falta de lluvias y el aumento de las temperaturas, los incendios se están adelantando. Sumado a los escasos medios y a la temporalidad de los pilotos de trabajos aéreos, cada vez los profesionales están menos preparados para hacer frente a esta situación que promete ser uno de los grandes retos de este año.

Arrojar paja de trigo para cubrir el terreno quemado

En este contexto, cada vez surgen más técnicas para subsanar el daño que dejan los incendios en los bosques. Una de ellas se trata del helimulching, una medida que lleva aplicándose desde el año 2010 en Galicia y que cada vez se está imponiendo de manera urgente para la regeneración de las superficies calcinadas. Con esta técnica, los helicópteros arrojan un total de 900 kilos de paja de trigo en las áreas más afectadas que son previamente seleccionadas de forma cuidadosa.

La palabra helimulching viene del término helicóptero y del concepto anglosajón «moulching» que se traduce en «la acción de extender una cama vegetal». El principal objetivo de esta técnica es proteger el suelo de la erosión y evitar que las cenizas del incendio logren desembocar, semanas después, en las laderas y en los ríos.

Evitar que las cenizas dañen más el entorno natural

Con el paso de los años este recurso ha ido mejorando su eficacia. A través de la rápida cobertura del suelo quemado, se busca crear una cubierta en el terreno antes de que aparezcan las lluvias del otoño para así comenzar a regeneras las zonas afectadas por los incendios y permitir que en un futuro se pueda sembrar.

Para mejorar la eficacia, el heno se aplica sobre pendientes elevadas que hayan sufrido las consecuencias del fuego, tratando de evitar la proximidad a los núcleos de población y de los espacios naturales protegidos, para evitar que las cenizas dañen más parajes.

En esta línea, el director de del Centro de Investigación Forestal de Lourizán (Pontevedra), José Antonio Vega, afirmó para La Región que este método «tiene muchas ventajas» y «logra reducir la erosión en un 90% más».

«Es un técnica buena para poder actuar en superficies grandes y obtener una cobertura rápida del suelo quemado. El coste es alto pero los beneficios son muy elevados. El suelo es un bien que tarda miles de años en crearse y no lo podemos perder en pocas semanas», indica.

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