Alba Sanz/Aviación Digital, Sp.- La empresa Space X, propiedad del multimillonario Elon Musk, ha hecho historia tras conseguir lanzar por primera vez la nave aeroespacial Starship junto con el Super Heavy, el cohete más grande del mundo que promete ser el futuro de los vuelos espaciales privados al ser capaz de transportar en su interior hasta a 100 personas.
Sin embargo, en este primer lanzamiento, el Starship ha explotado minutos después del inicio de la primera prueba en Texas, aunque indican que esto sirve para «aprender». Tras cancelar el lanzamiento programado para este lunes por problemas de presurización, la empresa de Musk retrasó el lanzamiento para hoy. Cuando el cronómetro de la cuenta atrás marcaba 40 segundos, la cuenta atrás se detuvo para realizar las ultimas comprobaciones antes del lanzamiento.
Tras estas revisiones, el lanzamiento consiguió efectuarse y este iba siguiendo la ruta esperada cuando todavía seguía siendo visible. Sin embargo minutos después, el cohete explotaba en pedazos durante el primer desacoplamiento.
A través de su cuenta de Twitter, Space X ha comunicado que «con una prueba como esta, el éxito proviene de lo que aprendemos y la prueba de hoy nos ayudará a mejorar la confiabilidad de Starship mientras SpaceX busca hacer que la vida sea multiplanetaria», informan.
El empeño de Musk por llegar al espacio
El ser humano ya sobrepasó los límites del cielo cuando hace ya 54 años el Apolo 11 consiguió llegar a la Luna. Desde este momento, «el pequeño paso para el hombre» marcó el inicio de una carrera espacial en las que las misiones se han multiplicado, llegando a enviar misiones a Marte, incluso a Júpiter.
Sin embargo, el también CEO de Twitter, no quiere reservar el espacio solo a científicos y especialistas. Ahora pretende ayudar al ser humano a conocer el espacio exterior a través de los viajes que quiere conseguir con el Starship. Y es que, públicamente, Musk ha afirmado que quiere convertir a los humanos en una «especie interplanetaria», estableciendo una primera colonia de ellos en Marte.
A pesar de los deseos de Musk por el momento no existe ninguna garantía de que los astronautas puedan llegar de manera segura a Marte, ni disponemos de la tecnología necesaria para garantizar su supervivencia cuando lleguen allí. Tampoco las investigaciones científicas han conseguido crear los medios para que los seres humanos puedan regresar a la Tierra, por lo que el negocio de SpaceX con Starship es muy probable que no pueda cumplir su misión en Marte.
En este sentido, es más probable que el nuevo cohete lance misiones a la Luna a un coste mucho más bajo en comparación que cualquier cohete anterior. Además conseguirá abaratar el coste de lanzar satélites y astronautas a la órbita terrestre bajo un plan que también está financiado por la propia NASA.
Así, el SpaceX obtuvo un contrato multimillonario de 2.900 millones de dólares por parte de la NASA para que el Starship pueda participar en misiones tripuladas a la Luna en el marco del programa Artemisa, un programa internacional de vuelo espacial tripulado liderado por la NASA y más socios .
El Starship, una obra magna de la ingeniería
Con 120 metros de altura, el Starship es el cohete reutilizable más grande del mundo. En un principio se construyó con el objetivo de poder viajar a planetas lejanos sin necesidad de cargar con una gran cantidad de combustible. Asimismo, esta capacitado para efectuar una misión en un planeta y después poder recibir combustible de otra nave, lo que significa que podría ser repostado en pleno espacio. Además, el sistema de propulsión no quedaría varado a la espera de desorbitarse, algo que ocurre en el resto de cohetes, sino que podría aterrizar de forma controlada en la Tierra para después poder volver a usarse, lo que ayudaría a contribuir en la reducción de la basura espacial.
Era esperable que en un primer momento el lanzamiento del cohete no se hubiera dado con pleno éxito. Aun así, el simple hecho de haber podido lanzarlo es una gran noticia para SpaceX. A pesar de que la nave perdió la trayectoria, ha conseguido aguantar varias segundos haciendo piruetas en el aire cerca del punto Max Q. Precisamente es en este punto en el que el estrés dinámico de la aeronave es máximo, por lo que el haber podido aguantar unos segundos antes de explotar demuestra, según indican, «una gran estabilidad».