Florencia Amat / Aviación Digital, Sp. – Seguramente hayas visto una nube de hubo que se ocupó de emborronar el sol del cielo durante estos últimos días. El humo de las llamas de los fuegos de Canadá ha atravesado el Atlántico hasta llegar a Europa, lo que ya nos deja entrever la gravedad de estos incendios. Por eso, Francia, Portugal y España han ofrecido casi 300 bomberos a través del Mecanismo de Protección Civil de la UE, de los cuales unos 100 son españoles.
Según datos proporcionados por la Unión Europea hace unos 20 días, numerosos incendios forestales arrasan Canadá desde mayo, con un alcance y una intensidad inusuales, quemando hasta ahora unos 4,1 millones de hectáreas, una superficie tan grande como la de los Países Bajos. Ahora se espera que este número haya aumentado considerablemente, llegando a 7,2 millones entre enero y junio.
El domingo se produjeron al menos 53 nuevos incendios forestales, según el Informe Nacional sobre la Situación de los Incendios del Centro Interinstitucional Canadiense de Incendios Forestales. Alberta fue la provincia con más incendios, 23, seguida de Ontario y Quebec, con ocho cada una, según este mismo informe. El lunes, la agencia informó de al menos 27 nuevos incendios forestales, 16 de ellos en Columbia Británica.
Teniendo en cuenta que los incendios en Canadá suelen registrar sus peores picos entre junio y agosto, vemos que la temporada alta está bastante lejos de terminar. Por eso es imprescindible la labor de los bomberos, muchos de los cuales han dejado sus países – también en riesgo alto de incendio – para ayudar al prójimo.
Aitor Soler, oficial en el Gabinete de Apoyo Técnico en Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid y uno de los bomberos enviados a la región de Québec, le cuenta a COPE lo duras que son sus jornadas, que pueden llegar a implicar estar más de 16 horas activos. El único descanso es por la noche ya que, como le cuenta Soler a esta radio, no se les permite trabajar a esas horas.
El bombero también relata que los europeos volverán el 30 de junio -hoy- a sus países de origen, por lo que tienen un tiempo crítico que aprovechar para ayudar en la extinción de los casi 100 focos de incendios que se reparten por el este de Canadá.
Presencia de drones
Los bomberos de Canadá han denunciado la presencia de UAV o drones cerca del siniestro, cuya presencia puede ralentizar o paralizar por completo las labores aéreas de extinción. «Transport Canada y BCWS prohíben explícitamente el uso de UAV o drones de cualquier tamaño cerca de un incendio forestal», aseguran.
La actividad de los drones puede poner en peligro la seguridad de los trabajadores de estos servicios aéreos y, por ende, la del resto de la población. AESA establece lo mismo en este sentido, prohibiendo a los UAS volar en este tipo de ocasiones.