Aviación Digital, Sp. – El satélite Aeolus, de la Agencia Espacial Europea (ESA) lleva más de cinco años en órbita. Ahora, se prepara para su descenso, ingresando en la órbita terrestre a una velocidad de aproximadamente un kilómetro al día. Por eso, ESA realizará una reentrada asistida a la Tierra de Aeolus tras que este haya concluido su vida útil en el espacio.
Aunque Aeolus se diseñó como misión de investigación y demostración de una tecnología novedosa, ha tenido tanto éxito que durante la mayor parte de su vida en órbita ha proporcionado datos a los principales centros meteorológicos europeos, mejorando notablemente las previsiones meteorológicas mundiales.
Hasta la semana pasada, cuando finalmente fue apagado, el láser de mapeo del viento, Aladin, había sido tan potente como siempre. De hecho, los ingenieros aumentaron la potencia del instrumento hasta niveles de energía récord en sus últimas semanas de funcionamiento.
Ahora, la gravedad y las veleidades de la atmósfera terrestre, así como la actividad solar, están arrastrando a Aeolus desde su altitud operativa de 320 km.
Aeolus nunca se diseñó para una reentrada controlada, por lo que, en circunstancias normales, el satélite volvería a caer a la Tierra de forma natural al cabo de unos meses. Sin embargo, la ESA va más allá al intentar un reingreso asistido, el primero de este tipo.
En el Centro de Operaciones Espaciales de la ESA en Alemania, el control de la misión utilizará el combustible restante para dirigir Aeolus durante su regreso a la Tierra. La mayor parte del satélite comenzará a arder cuando alcance una altitud de unos 80 km. Sin embargo, los modelos muestran que varios restos podrían alcanzar la superficie terrestre.
«Este intento de reentrada asistida va más allá de las normas de seguridad de la misión, que fue planeada y diseñada a finales de los años 90″, explica Tim Flohrer, Jefe de la Oficina de Desechos Espaciales de la ESA.
Una vez que la ESA y sus socios industriales descubrieron que era posible reducir aún más el ya de por sí el mínimo riesgo para la vida o las infraestructuras, se pusieron en marcha los engranajes. Si todo sale según lo previsto, Aeolus se ajustaría a las normas de seguridad vigentes para las misiones que se diseñan hoy en día.
Si este intento de reentrada tiene que abortarse, lo que aún podría ocurrir, la reentrada natural de Aeolus continúa. En la actualidad, las misiones se diseñan de acuerdo con normativas que exigen que, al final de su vida en órbita, se quemen por completo o sufran una reentrada controlada.
Este primer intento de reentrada asistida sienta un nuevo precedente para las misiones que no estaban sujetas a tales normas en el momento de su diseño, pero que podrían adherirse a ellas con carácter retroactivo.
Con Aeolus, la ESA está allanando el camino para unas reentradas seguras y un espacio responsable, algo especialmente importante si se tiene en cuenta el rápido aumento del tráfico espacial en órbita y el problema de la basura espacial.
Cómo será la misión
Una vez que Aeolus alcance una altitud de 280 km, una serie de comandos enviados a lo largo de seis días utilizarán el combustible restante del satélite para guiarlo hacia la posición óptima para la reentrada.
A continuación, una primera maniobra hará descender el satélite hasta una altitud de 250 km. Esta etapa durará varios días, durante los cuales los equipos comprobarán la salud del satélite y evaluarán los pasos siguientes.
A continuación, cuatro maniobras harán descender a Aeolus hasta los 150 km antes de que 12 horas de comprobaciones finales mantengan al satélite en el buen camino.
Una última maniobra crítica a 150 km dirigirá el regreso de Aeolus a casa. El satélite regresará en cuestión de horas, quemándose en su mayor parte en la atmósfera terrestre.
Cuándo y dónde será
Actualmente, Aeolus está descendiendo a una velocidad aproximada de un kilómetro al día, y acelerando su descenso. Las predicciones son más precisas a medida que pasan los días, por lo que aún es difícil decir con exactitud cuándo reentrará Aeolus en la atmósfera terrestre. Mucho depende de la actividad solar.
Es difícil predecir con exactitud la actividad solar, pero la ESA confía en que la reentrada, si todas las maniobras tienen éxito, se producirá con toda probabilidad a finales de julio o principios de agosto.
La mayor parte del satélite comenzará a quemarse a una altitud de unos 80 km. Sin embargo, algunos restos podrían alcanzar la Tierra. El equipo de control de vuelo apunta a una franja de océano bajo la trayectoria del satélite, una larga extensión de agua abierta lo más alejada posible de tierra.