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mayo, lunes 29, 2023

Retrasos en los vuelos: qué se tiene que hacer para evitarlos

IATA asegura que hay maneras de adelantarse -y evitar- los retrasos en los vuelos en la temporada alta de verano, pero hay que actuar ya

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Florencia Amat / Aviación Digital, Sp. – Podemos estar todos de acuerdo en que los retrasos en los vuelos son un inconveniente para los pasajeros, pero también lo son para los trabajadores de toda la cadena de valor de la aviación. Por desgracia, que un avión despegue o aterrice más tarde de lo previsto es algo a lo que ya estamos acostumbrados. Y más que lo vamos a estar: IATA cree que el verano de este año -al menos en el hemisferio norte- registrará muchos más retrasos que ahora.

Donde se han producido muchos de los retrasos ha sido en los aeropuertos clave de Europa, quienes además han visto su capacidad limitada a raíz de la pandemia. Según Eurocontrol, hubo un aumento del 33% en los retrasos de llegada en comparación con 2019, alcanzando los 16,9 minutos por vuelo de media. Los periodos punta superaron fácilmente esa media. La puntualidad en las salidas estuvo por debajo del 50% a principios de julio y rara vez superó el 60% durante los dos meses siguientes. Las dificultades fueron tales que el 6,9% de los 2022 vuelos programados no llegaron a despegar.

Razones por las que el verano se muestra turbulento

Rory Sergison, responsable de Infraestructura ATM en Europa de la IATA, afirma que son innumerables los retos a los que se enfrenta el espacio aéreo europeo en los próximos meses del verano. «No podemos predecir lo que ocurrirá ni cómo lo afrontarán nuestros socios de servicios, como aeropuertos y proveedores de servicios de navegación aérea (ANSP), y eso hace imposible que las aerolíneas planifiquen«, afirma.

El espacio aéreo de los principales países del este –Rusia, Ucrania y Moldavia– está cerrado, lo que hace que muchas rutas se desvíen hacia el sur y formen una sobrecarga en el corredor entre esta zona y Turquía y Grecia, el cual estará además a rebosar de tráfico turístico hacia destinos vacacionales populares. La progresiva reapertura de los mercados asiáticos agravará el problema.

A esto hay que añadir el fuerte crecimiento del tráfico en Europa central y el sudeste de Europa, este último ya ha superado los niveles de 2019 en el verano de 2022. También aumenta la actividad militar prevista, sobre todo en Francia y Alemania.

Hablando de Francia: la huelga general del país podría afectar al control aéreo, ya que los ATCs no tienen por qué dar preaviso de cómo organizarán la huelga y, por tanto, se podrían establecer servicios mínimos con poco tiempo de margen. Otras medidas que podrían afectar al tráfico son las que ya tomaron en su día aeropuertos como el de Londres o Ámsterdam, quienes limitaron su capacidad de entrada y salida, con sus consiguientes consecuencias.

«Hay que proteger al consumidor. Hay que darles confianza en el ecosistema del transporte aéreo, pero eso no ocurrirá a menos que se produzcan cambios inmediatos y significativos»

Rory Sergison, responsable de Infraestructura ATM en Europa de IATA

Soluciones

IATA recuerda que Eurocontrol, quien básicamente intenta coordinar el espacio aéreo europeo para optimizar el flujo de tráfico, no tiene poderes ejecutivos, lo que deja a los ANSP de los países libertad para centrarse en paliar los problemas en su jurisdicción, independientemente de los efectos en cadena.

No obstante, la gestión de la afluencia del tráfico aéreo (ATFM) es un parámetro importante en Europa, ya que se utiliza en el sistema de evaluación del rendimiento del Cielo Único Europeo (SES). El retraso medio en ruta por vuelo en 2022 fue de 1,76 minutos, un aumento del 11% en comparación con los 1,58 minutos de 2019. Los dos espacios aéreos clave -Francia y Alemania- son responsables de la mayoría de los retrasos.

La cuestión del Cielo Único Europeo sigue latente. Una reforma del mismo y la adopción de SES2+ ayudaría a trazar rutas más eficientes y a disminuir el retraso en los vuelos, como han avalado ya decenas de expertos. Desde IATA también opinan lo mismo: «En cuanto al Cielo Único Europeo, todos sabemos que la reforma está bloqueada políticamente, y los bloques funcionales de espacio aéreo (FAB) que se suponía debían impulsar el Cielo Único Europeo han fracasado», afirma Sergison. «Los Estados tienen en sus manos la capacidad de mejorar un 10% la sostenibilidad mediante el Cielo Único Europeo, pero no vamos rápido a ninguna parte».

IATA también asegura que una de las soluciones está en que «los proveedores de servicios aéreos y los aeropuertos se ajustaran a los desequilibrios del sistema«, ajustando la demanda al personal que se encuentre trabajando en los meses más ajetreados del año. Una mejor supervisión también ayudaría mucho. La prestación de servicios necesita objetivos más firmes y los incumplimientos deben tratarse adecuadamente.

Las mejoras de procedimiento, la implicación de los estados miembros de la UE en el SES2+, el ajuste en número de trabajadores y pasajeros y la innovación tecnológica podrían servir para paliar los retrasos de los vuelos y quitarnos de uno de los mayores inconvenientes a la hora de volar. Sergison añade que «los proveedores de servicio de navegación aérea y los Estados deben actuar de una manera transparente, decidida y veloz que permita a las aerolíneas volar con los horarios publicados y ofrecer al consumidor final el servicio requerido».

SourceIATA
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