Aviaciondigital, Sp- Reducir el impacto medioambiental de la industria aeronáutica es uno de los retos que aún quedan pendientes. El problema actual es que las soluciones inmediatas suponen un «parche» mientras se consigue una tecnología que consiga completar el camino hacia una sostenibilidad total.
Los retos a los que se enfrentan tanto la industria, como los reguladores, las compañías aéreas, los profesionales y los proveedores de combustible en materia de sostenibilidad, han sido expuestos esta semana en el «Foro sobre Aviación Regional Sostenible«, organizado por Air Nostrum, junto con la European Regions Airline Association (ERA) en Valencia, sede de la compañía. Aviaciondigital estuvo presente en este foro y este sábado ofreceremos en el programa de AviaciondigitalTv, «Diez Mas 1«, un resumen de lo acontecido en este importante evento con interesantes entrevistas a algunos de sus protagonistas, que se podrá seguir en YouTube, en el podcast y también en FlyNews.
La sostenibilidad no es una tendencia, es una realidad
La aviación se considera un sector complejo a la hora de reducir, especialmente porque aún no se han dado con alternativas viables económicamente hablando al combustible utilizado en la aviación tradicional. Pero la sostenibilidad hoy en día no es una tendencia, es una realidad. Por ello, mientras algunos fabricantes apuestan por nuevas generaciones de aeronaves que funcionarán con combustibles sostenibles (SAF), otros se centran en el desarrollo de aviones de propulsión eléctrica, que de momento no parece que den la talla más que en las rutas de corto alcance. Pero éstas no son las únicas vías por las que se avanza. Otra alternativa que claramente está adoptando un papel crucial, es la aviación impulsada por hidrógeno y que supone una reducción de entre un 50 % y un 75 % del impacto ambiental de los vuelos.
Existen numerosas propuestas en desarrollo que esperan conseguir superar las dificultades en el camino hacia la sostenibilidad, y reducir así, los efectos ambientales adversos del transporte aéreo: biocombustible, hidrógeno y motores eléctricos forman parte de estas iniciativas ya en desarrollo, que se espera entren de manera general en funcionamiento de aquí a unos años, y que distintas empresas, concienciadas por la necesaria apuesta hacia la sostenibilidad, han decidido invertir su capital y tecnología, siempre en línea con el el objetivo clave marcado de cero emisiones en 2050.
Combustible sostenible de aviación SAF
El combustible sostenible para la aviación (SAF) junto a la mejora de la eficiencia de los motores, es una de las principales alternativas del sector para ser cero emisiones netas en 2050.
Aerolíneas de todo el planeta han visto la necesidad de buscar como abaratar los biocombustibles y establecer nuevos objetivos SAF. Empezando por las compañías aéreas españolas, la mayor parte de ellas como Iberia, Vueling, Iberia Express y Airnostrum han firmado acuerdos estratégicos con las grandes refinerías ubicadas en España como Repsol y Cepsa, para garantizar el suministro de combustible SAF y la renovación de su flota con aviones más eficientes, como los A350 y los A320Neo.
Algunas aerolíneas ya están en el camino: como la British Airways, que recibió su primera entrega de SAF producido por Phillips 66 Limited, siendo una de las primeras aerolíneas del mundo en usar SAF producido en Reino Unido. Se estima que todo el combustible SAF que está generando Phillips 66 Humber, ayudará a impulsar la incitativa sostenible de la aerolínea. El biocombustible se fabrica a partir de materia prima de desecho sostenible, que posteriormente se destina a la infraestructura de tuberías existente, y que alimenta a varios aeropuertos del Reino Unido.
Otra de las aerolíneas que se ha comprometido con el uso del SAF es la australiana Qantas, en cuyo Plan de Acción Climática, establece el objetivo de que SAF constituya el 10 % de su mezcla de combustible para 2030 y alrededor del 60 % para 2050. Qantas espera que esta acción fomente una mayor inversión en la producción de SAF y genere, por tanto, un mayor impulso para la industria en su conjunto. La aerolínea ha firmado además, un acuerdo de suministro de casi 20 millones de litros de SAF mezclado por año, para sus vuelos desde los aeropuertos de California a partir de 2025.
La americana United Airlines, ha invertido en la puesta en marcha de combustibles renovables a través de la startup Cemvita Factory. Esta empresa utiliza microbios genéticamente modificados que convierten el dióxido de carbono en hidrocarburos renovables que pueden usarse para producir SAF y que puede suponer un gran avance hacia las emisiones cero de la aerolínea.
Aemetis, dedicada a los combustibles renovables, es otra de las empresas que ha firmado un contrato con una aerolínea. Finnair adquiere así 17,5 millones de galones de SAF combinado en un 40% de SAF y 60% de Petróleo Jet-A, para cumplir así con los estándares internacionales de mezcla. La aerolínea Finnair recibirá la primera entrega del combustible combinado en 2025.
Además, Delta Air Lines comprará un total de 75 millones de galones de SAF al año a la empresa americana de biocombustibles avanzados GEVO. Este combustible se consigue a través de convertir distintas materias primas bajas en carbono en alcohol a Jet “Jet Synthetic Paraffinic Kerosene”, que se puede utilizar en una mezcla de hasta un 30 % en combustible de avión convencional.
En paralelo Airbus, uno de los grandes fabricantes del sector, ya ha realizado sus primeros vuelos de prueba para mejorar la eficiencia de sus aviones con combustible 100% SAF. El gigante europeo utilizó un A380 para testear en uno de sus cuatro motores Rolls-Royce Trent 900 el funcionamiento de combustible de aviación 100% sostenible (SAF), producido a partir de aceite de cocina usado y grasas desechables.
En un primer vuelo, el modelo MSN1 A380 realizó un trayecto de 3 horas desde el aeropuerto de Blagnac en Toulouse, utilizando 27 toneladas de SAF, para llevar a cabo después un segundo vuelo de prueba desde Toulouse a Niza, el pasado mes de marzo de 2022. El A380 es el tercer tipo de avión de Airbus que vuela 100 % SAF en el transcurso de 12 meses; primeramente, en marzo de 2021 se utilizó un Airbus A350, y poco después en octubre, se probó con un A319neo.
Y como el SAF es un recurso con el que cuenta el sector y en el que se lleva trabajando mucho tiempo, éste ha sido uno de los principales protagonistas de proyectos de distintas empresas a nivel mundial: La canadiense Enerkem cuyo objetivo es la fabricación de biocombustibles renovables a partir de residuos no reciclables, ha obtenido una subvención para convertir la biomasa forestal en SAF, y de esta manera, desarrollar un combustible que se pueda producir en el país a un coste competitivo en relación con los combustibles fósiles.
El proyecto ganador implica la “deconstrucción y el fraccionamiento de la biomasa forestal, para producir un SAF que permita una reducción del 93 % en las emisiones de gases de efecto invernadero”. Enerkem, se proclamó ganador en «The Sky’s the Limit Challenge» de National Resources Canada y recibió una subvención para desarrollar como poder comercializar el combustible a un coste asequible.
Mientras otras, como la consultora de infraestructura Aecom, se ha aliado con la empresa de procesamiento de aguas residuales Genifuel, con el objeto de ampliar la producción de un SAF neutral en carbono, a partir de la proliferación de algas y lodos de depuradora, en un proceso que combina la recolección de algas silvestres y su posterior conversión en petróleo crudo renovable.
Hidrógeno en la aviación
Disponer de una aeronave propulsada con hidrógeno es una de las apuestas más fuertes del sector. Y, además, ha llevado a que algunos aeropuertos también estén pensando en verde; como el de Lyon Saint Exupéry que está listo para introducir hidrógeno en su plataforma e impulsar vehículos terrestres y aeronaves. Será a partir de 2023 cuando el aeropuerto cuente con una estación de servicio de hidrógeno para vehículos ligeros, taxis, autobuses lanzadera y flota propia del aeropuerto. A partir de 2024 se plantea una segunda estación para abastecer a vehículos pesados, incluidos los operados por las empresas locales del aeropuerto.
Otra de las empresas que se compromete para el reabastecimiento de hidrógeno en aeropuertos es ZeroAvia. Esta empresa especialista en propulsión eléctrica a base de hidrógeno, se ha asociado con ZEV Station, dedicada al reabastecimiento de combustible de vehículos de cero emisiones. Ambas forman un tándem perfecto en su objetivo conjunto de desarrollar una infraestructura de reabastecimiento de hidrógeno para los aeropuertos de California. El planteamiento parte de la demostración de vuelos regionales con aeronaves propulsadas por hidrógeno y electricidad. Contará con el apoyo del ecosistema de reabastecimiento de combustible desarrollado con ZEV Station, cuya estación con carga e hidrógeno, está prevista se ponga en funcionamiento en 2023.
Nuevos prototipos
La alemana H2Fly, especialistas en propulsión de hidrógeno, desarrollará los sistemas de almacenamiento de hidrógeno líquido y energía de celda de combustible para su instalación en un Dornier 328. Este modelo será utilizado como banco de pruebas para convertirse en el turbohélice regional 328eco de 40 asientos a propulsión eléctrica de hidrogeno cero emisiones. El proyecto está a manos del centro aeroespacial alemán DLR, que colabora directamente con H2Fly, Deutsche Aircraft y Diehl Aviation.
Además de la escocesa Spirit AeroSystems, la cual ha firmado un acuerdo con la Electric Aviation Group (EAG) para el desarrollo de tecnologías de vuelos con cero emisiones. El objetivo de EAG es el H2ERA, un avión regional híbrido-eléctrico de hidrógeno de 90 asientos con cero emisiones que se tiene previsto vuele en 2030. El demostrador previo, surcará los cielos en 2026.
La sostenibilidad está cambiando el mundo de la aviación: a la industria aeronáutica, en general y al sector del transporte aéreo, en particular. La búsqueda de alternativas viables no es una tarea fácil, y aunque queda mucho trabajo por realizar para alcanzar el perfil cero emisiones en el sector de la aviación, ésta conseguirá finalmente demostrar su valía.
La meta de cero emisiones fijada en 2050 nos hace reflexionar sobre si estaremos preparados para todos los cambios que nos esperan. De lo que estamos seguros es que la innovación, el compromiso y la colaboración hará indudablemente, que este objetivo se haga realidad.